“The Bell Jar” (o “La Campana de Cristal), de Sylvia Plath

Magdalena Riquelme
2 min readMay 28, 2020

Uno de mis subgéneros favoritos e literatura es Salud Mental, especialmente relacionado a Depresión. Es algo que me atare ya que es parte de mi desde la preadolescencia pero hasta ahora no había encontrado un libro que tratara el tema desde una perspectiva más adulta. Casi todos los libros que he leído hasta ahora (exceptuando “Girl, Interrupted” de Susanna Kaysen, y “The Asylum for Wayward Victorian Girls” de Emilie Autumn) muestran la depresión desde una perspectiva adolescente, dejando afuera temáticas relevantes para mí, como por ejemplo ser un adulto funcional a cargo de si mismo, con responsabilidades laborales y afectivas, lidiando con una condición que dificulta llevar una vida normal. La Catalina J. García realizó un review de este libro, y me interesó echarle una mirada.

Al comenzar el libro, me costó ponerme en el lugar de la protagonista, y fue cuando decidí leer más acera de Sylvia. Leí sus poemas y análisis de estos.
En especial “Lady Lazarus”, que es desgarradoramente crudo y oscuro, en el cual hace referencia a sus intentos de suicidio:

“Dying
Is an art, like everything else. I do it exceptionally well.”

Terminé viendo la película biográfica “Sylvia” del 2003, en que se plasma su depresión e inseguridades del futuro, que la llevan finalmente al suicidio. Es entonces que comencé a comprender la obra. Entendí que se trataba de ficción autobiográfica, por lo que en cada capítulo me invadía la tristeza al verla caer en el espiral de la depresión.

Pude identificarme con la protagonista, estando al igual que ella atrapada en esta “campana de cristal”. A veces mi entorno se vuelvo turbio y no puedo ver con claridad al exterior, otras veces se aliviana el aire y la realidad no se distorsiona tanto… Todo en un marco de “adultez funcional”. Me resuena fuerte lo que Sylvia transmite en cuanto al no saber qué esperar del futuro, una incertidumbre pesimista.

Me gustaría algún día vivir del otro lado de esta campana, y comparto el miedo que expresa la protagonista al final de la novela:

“But I wasn’t sure. I wasn’t sure at all. How did I know that someday — at college, in Europe, somewhere, anywhere — the bell jar, with its stifling distortions, wouldn’t descend again? “

Los adultos (o jóvenes adultos, tengo solamente 27) tenemos derecho también de no estar bien, sin tener que vivir en base a las expectativas de esta sociedad de tener “our shit together”.

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